martes, 29 de noviembre de 2016

Crónica del "NO-PARTIDO" y del azor que se coló en mi gallinero.

Alguien presionó el timbre del interfono con insistencia, sería poco más de las 7 de la mañana, al ser viernes, pensé que se trataría del transportista que suele traernos el género por la mañana, seguramente la inusual fluidez del tránsito matinal le habría hecho llegar con más de una hora de antelación respecto al horario habitual, tan sólo me incomodaba la insistencia sonora del timbre que había perturbado el momento álgido de un sueño precioso que olvidé justo en el instante de abrir los ojos; descolgué el telefonillo para oír la serie de improperios encadenados del propietario de una plaza de aparcamiento, por cierto, impecablemente señalada con el distintivo municipal (Vado Permanente) en el que se encontraba un vehículo parecido al de mi esposa, así que me asomé por el balcón, todavía estaban prendidas las farolas, aunque ya se empezaba a sentir la claridad de la fría mañana de un viernes que pasaría a la historia. Desde lo alto del balcón constaté que el automóvil en cuestión no era el nuestro, si bien era del mismo modelo y color, no se correspondía con nuestra matrícula, además, el nuestro se debía encontrar a unos 12 Km de distancia, ya que hacía más de dos horas que Jacqueline había empezado su turno de trabajo. A regañadientes me pidió unas disculpas que sonaron a amenazas a la par que me preguntó si conocía al despistado propietario del automóvil o de lo contrario llamaría directamente a la guardia urbana y al servicio de grúa, que la próxima vez no avisaría, a lo que contesté mentalmente: "mejor, así no me hubiese despertado del mejor momento del sueño, justo cuando soy amo y señor de esos 200 x 150 cm arropados por un nórdico superligero con propiedades extracaloríficas"; mi deseo sería volver al dormitorio para reencontrar ese sueño trucando, pero esta vez serían las gatitas las que ocupaban la parte cálida del colchón, casi enrocadas, una junto a la otra, parecían haber encontrado mi sueño truncado para continuarlo en el punto exacto donde lo había dejado. Se me antojó una bonita postal, presagio de un extraño día que continuó mal. Había empezado la campaña del Black-Friday que sonaba a palabra del año, al ser repetida millones de veces en todos los medios, hasta los viandantes comentaban sus intenciones de compra para dicha campaña, muy tecnológicamente aplicada en el sector comercial. El transportista de electrodomésticos llegó con varias horas de retraso lo que convirtió nuestro despacho en centralita telefónica solicitando los productos comprados, y reclamados ya desde primera hora de la mañana sin piedad, además de algún que otro problemilla y una instalación defectuosa que tendría que solventar al término de la jornada, así que después de haber repartido todos y cada uno de los productos facturados, daba la impresión que la crisis había finalizado, a media tarde no sabía lo que me esperaba para el resto del fin de semana. Debían ser las 22.00 horas, en ese preciso instante, mis compañeros ya llevarían 60 minutos entrenando, cuando esta vez era yo el que insistentemente, apaleaba el timbre del 5º2ª, perteneciente a un jubilado invidente que vivía en una céntrica plaza de Cerdanyola para ajustar la rosca de entrada de agua de una lavadora balay que habíamos instalado el día anterior. La dificultad residía en que el grifo roscado donde habíamos conectado la goma de entrada perdía un poco tras ser reparada la instalación general de agua del edificio, al parecer había un limitador de presión que no funcionaba correctamente, al sustituirlo y aumentar la presión del agua se produjo una ligerísimo lagrimeo que se solucionaba apretando la rosca un poco más. Faltaba poco para las 23.00 horas cuando me presenté en Sant Fost, no tenía tiempo ni para entrenar ni para ducharme, así que era evidente que lo mejor era ir directamente al restaurante donde todos los viernes nos autoflagelamos con una copiosa cena que precede a unas copas que son las que verdaderamente nos ayudan a conciliar el sueño. Así que, así estaba yo, sin entrenar, sin ducharme, sin haber dormido la siesta, con mis sueños matinales truncados y con aspecto de cansado escuchando cómo comentaban la ruta que Cristina estaba haciendo por Cuba, cuando uno de los comensales dijo "ahora ya no nos dará tiempo de ir a visitar la verdadera Cuba, pronto morirá Fidel". Se silenció el restaurante, la sala entera parecía una "mannequin challenge" hasta que Lluís, que pasó su luna de miel en la isla dijo, la CIA ha ideado miles de planes para liquidar a los Castro y jamás se pudieron ejecutar con resultados satisfactorios, al parecer siempre tenían otro Fidel para cambiarlo; Álex manifestó que el Comandante vivía gracias al avanzado sistema sanitario cubano, deficitario en medios pero riquísimo en recursos humanos, con licenciados de mérito en todas y cada una de las ramas de la medicina, todos asentimos a su comentario, pero fue Tari el que de manera definitiva constató la realidad diciendo que los servicios de inteligencia americanos habían ideado el plan perfecto, consistía en que la propia naturaleza le atacase, primero envejeciendo su rostro, luego dificultando sus movimientos (generando artrosis en los huesos), que precederían a una lentitud verbal, impropia en el magnatario de origen gallego, que le postrarían a olvidar la vestimenta de camuflaje para lucir cómodas ropas deportivas; el norteamericano que colocó aquel escalón invisible que le fracturó varios huesos, intentó cobrar parte de la recompensa, pero inteligentemente, uno de los jefes instalados en las oficinas de Langley, dedujo que ese accidente no le llevaría a la tumba, de manera que no era procedente recompensar al decorador del escenario. De repente, y a modo de conexión Wi-Fi todos los presentes pensamos lo mismo: "y ¿si se muere hoy?". Después de pasar algo de frío tomando combinados unos, fumando otros, programando nuestra participación en el torneo que están preparan los amigos del club de veteranos de Sevilla, donde acudiremos (sí o sí) con el concepto de fusión balonmanística "Puerto Fost" (Puerto de Sagunto y Sant Fost), fue cuando nos dimos cuenta de que la noche sería especial, no era por el Gin-Lemon, ni por el Vodka-tónic, ni siquiera por los Gin-tónics, nos envolvía un frío húmedo que nos haría reflexionar sobre nuestra permanencia en la terraza, casi a 0 grados.
El nuevo fichaje, Dani, nos masacró al alba con la inesperada noticia de la muerte de Fidel, coincidiendo con los últimos coletazos del Black-Friday. La CIA sacaría pecho sin pregonarlo a los cuatro vientos. Era la primera vez que conseguían un objetivo sin generar una revolución que terminase con la expulsión de las tropas norteamericanas, no hace falta recordar lo que pasó en Korea, ni lo de Vietnam, ni lo de Irán, ni Afganistán, ni lo de todos los países centroamericanos, ni lo de Cuba, bueno, lo de la Perla del Caribe sí, tras 57 años urdiendo un plan "infa-libre" para re-libertar al pueblo cubano del libertador que expulsó a Batista.
Tras el vapuleo comercial del Black-Friday se nos venía encima el varapalo informativo de Fidel, sólo me faltaba encontrarme una rapaz en el gallinero, el día antes de un importante evento en Les Claus de Sant Pere (importante no por el tipo de celebración, ni por el número, más bien escaso, sino porque se trataba de un banquete para la familia de un amigo, y este tipo de convites resulta muy complicado obtener la perfección). Llegué relativamente pronto al Restaurante, hablé con el míster para decirle que el retraso acumulado me impediría llegar a tiempo al servicio, así que decidí coger la bolsa y regresar.  Lo primero que hice fue inspeccionar los exteriores para ver qué actuaciones debíamos emprender, todo debía relucir, así que cuando vi millones de plumas flotando en la piscina, intuí que algo había pasado, busqué los restos de alguna torcaz por la zona, por si un ornitófago había dado cuenta de alguna paloma despistada, pero no vi nada, así que tras ordenar la limpieza tanto del agua como del pavimento fui al gallinero para alimentar las siempre famélicas gallinas. Normalmente me esperan en la puerta para ver con qué manjares les voy a sorprender, pero esta vez había un inesperado silencio preocupante, a medida que me acercaba mi corazón empezaba a latir más y más rápido, hasta que la fatalidad se apoderó de mí al ver varios cadáveres sobre el suelo, y al resto de gallinas, muy estresadas, acurrucadas en el extremo izquierdo, lo más lejos posible de un majestuoso ejemplar de ave rapaz que posaba expectante sobre el tejado de una cobertura con la que se protegen los días de lluvia.

Pensé que se trataba de un halcón, un hermoso plumaje, unas garras amenazadoras, y un peligroso pico me hicieron llama a Said, que con astucia y guantes agarró a la rapaz sin dañarla; parecía acostumbrada al trato humano, además presentaba las puntas de las alas cortadas, algún maestro de la cetrería habría adiestrado al ejemplar devorador de palomas y de dos de mis mejores gallinas.

Tras consultarlo me confirmaron que se trataba de un Azor (sin ningún parentesco con el yate del ex-dictador atracado en un pueblo de Burgos), ave protegida como la mayor parte de las rapaces, vestida con hermoso plumaje, y muy certera en sus cacerías.



https://es.wikipedia.org/wiki/Accipiter_gentilis 


Para aliviar el estrés de las ponedoras, reinstalé la avispada rapaz en una inservible e ilegal trampa de jabalíes que jamás atrapó ninguna bestia. Gracias a la colaboración de un amigo contacté con los agentes rurales que vinieron a recuperar y comprobar su estado, a la vez que decidieron requisarme el cubículo, era el mejor final para un amasijo de hierros y rejas con el que el ingenioso Carlos, un hábil extrabajador boliviano de la finca, había convertido en lo que debía protegernos de la incursión de expediciones de piaras enteras de porcinos salvajes.
Pero volvamos a la mañana del domingo, a las 11 en punto de la mañana, fue cuando empezaron a llegar los compañeros del famoso equipo veterano de balonmano, "Sant Fost", sólo oír el nombre asusta al contrario. La pista albergaba partidos recolocados en nuestras instalaciones por la celebración de un festival de patinaje. Una serie de problemas había demorado la finalización de un partido que arrastraría en cadena el inicio de los siguientes. En el Facebook ya se hacían eco de posibles problemáticas en el enfrentamiento ante el Canovellas, pero nadie podía presagiar lo que finalmente ocurriría. Todavía no era la hora cuando, de manera premonitoria, el delegado/entrenador del equipo visitante nos amenazó diciendo que si a y media no había empezado el partido se marcharían, pese a todo su potencial,  contando como cuentan con la reciente incorporación de la bestia cubana (desconocemos si afectado por la muerte de Fidel), finalmente decidieron no jugar. Puede que sea la única manera a su alcance de obtener la victoria, seguramente muy dolidos por la derrota de la liga pasada que les impidió pasar a la siguiente fase. Pocos minutos antes, decidí ir a Les Claus, estaba nervioso por el evento y para mí era mejor no jugar, por si el encuentro se calentaba.
Ahora pendientes de los despachos, de los faxes y de las comunicaciones con Langley, que serán los que marquen las hojas de ruta a seguir........
Puntualmente volvieron los agentes rurales a requisar el amasijo de hierros que habíamos decidido entregar voluntariamente, de este modo evitaríamos posibles accidentes. Uno de los agentes que vinieron hoy fue uno de los que recogió el animal y nos comentó que estaba en manos del veterinario, que su aspecto era saludable, si bien le habían cortado parte de las plumas y la cola, probable mente un furtivo que lo habría intentado instruir. Era agradable volver a oír el canto de los pájaros, enmudecidos tras la llegada del diestro y joven cazador de pájaros.
Espero que los arreglos realizados en el gallinero impidan otra masacre como la vivida este fin de semana.
Si vuelve a la zona, que patrulle los cielos aullentando torcaces y estorninos y que disfrute de la naturaleza que nos rodea en el parque de la Serralada de Marina.

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