lunes, 2 de junio de 2014

y con el número 1...... lo que todos estábamos esperando .... La Gran Final Puerto Vs. UPV


Ella quiere ir al pum-pum este fin de semana!!!!!!!!




Las finales se juegan a 20 minutos por parte. Una reunión previa sirvió para usar el reglamento del 75. Cuando casi valía todo. Los colegiados estuvieron indecisos, no sabían si sabrían hacerlo, si sabrían llevar las riendas del partido sin que se desbocasen los jugadores, si acertarían con sus decisiones, así que se vieron obligados a beberse unos cuantos whiskies antes de empezar a juzgar la gran final. Alguien aconsejó a los árbitros de que no pitasen nada si no estaban absolutamente seguros de que había ocurrido algo, esa amenaza la meditaron instantes antes de empezar el partido, y declinaron el consejo, se arriesgaron a mostrar imparcialidad en territorio porteño.
Con Adonis en la grada, el centro de atención estaba dividido, además ya habían recalado la información necesaria para saber dónde estaría la fiesta nocturna, pero ahora tocaba balonmano.
Los jugadores de la UPV intentaron salir del estadio en busca de un poco de arena para frotarse las manos y arrojársela por los hombros, quizás el no encontrar un parterre les dejó un poco mancos, ya que salir a la arena del coliseo porteño, sin los escudos, sin los cascos, y sin frotarse las manos a lo "Gladiator" les dejó un poco atemorizados, y tras el saludo, los locales, lanzaron su grito de guerra, que rápidamente se trasladó al rectángulo de juego.
La UPV presentaba bajas sensibles, ambas por lesión, mientras que Puerto tenía al equipo de gala, la flor y nata, la escuadra de la muerte, los fusileros levantinos, vamos, que sólo de verlos ya asustaban, sobretodo el amenazador aspecto de Luis Jordán, al que le habían transformado la barba en bigote vikingo, eso sí, usando un cortaúñas, como mandan los cánones para enfrentamientos así.
Desde el primer momento Puerto tomó ventaja en el marcador. Sus acciones ofensivas, a menudo, terminaban en gol, mientras que en su área, el muro defensivo, amenazaba y marcaba el territorio intocable, y cuando este territorio era superado aparecía la sombra de GABA, al que el amarillo pareció darle suerte, o quizás fueron los estiramientos, o el calentamiento, o estudiar los lanzamientos de la artillería de politécnica, pero el guardameta porteño hacía las delicias del público realizando posiciones imposibles para atajar balones lanzados con mucha mala leche, exactamente igual que lo que hacía César al culminar repetidamente los contragolpes letales, que se contaban por goles; Viñas corrió tanto, que a parte de sacar los pulmones, se vio obligado a pedir cambio, unos minutos para tomar aire y volver con más munición, pero cuando no era César, era Reyes Luján, o Luis Jordán, o el correoso central que conectaba con el pivote (el que casi tira la toalla por culpa de la Cande), o del lateral inacabable, que con sus casi dos metros, y tras elevaciones imposibles, transformaba goles que sumaban para Puerto y alejaban a la UPV de la victoria, no obstante, todos esperaban una respuesta de los universitarios, que funcionaron a rachas, y de no ser por el acierto de GABA, hubiesen estado más cerca en el marcador, además hay que decir que las decisiones arbitrales no fueron justas, sobretodo las relacionadas con las exclusiones de Reyes, para unos sí lo eran, para otros no......, en las gradas lo siguen comentando, lo que está claro para el bueno del lateral derecho, es que no se merecía ni una exclusión, vamos que los roces que infringía a los contrarios eran curativos.
Casi al final, el entrenador de Puerto, premió a los jugadores más veteranos haciéndoles saltar a la pista, tanto al pivote (número 14, que posteriormente recogería el trofeo), como del portero que sustituyó con mucho acierto a Gaba.
El central de UPV, se vio impotente ante tanta artillería, y los detalles de clase fueron insuficientes para inquietar a los anfitriones. Sus compañeros jugaron a ráfagas, o mejor dicho, apenas les dejaron desplegar el balonmano mostrado durante el presente o los torneos de antaño.
Justa victoria para Puerto; gran torneo, buenos amigos, y sobretodo un "Volveremos", y cuando el cuñao sepa jugar, preparaos vosotros, y que se escondan ellas.
Resultado final: Puerto de Sagunto 21- UPV 14

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