viernes, 30 de enero de 2009

De mis viajes ...(pequeño fragmento)

Hace ya algún tiempo que me cuesta dormir por las noches, ......, no sé si es el silencio, las sombras que se dibujan proyectadas por farolas callejeras que soportan el frío de la noche, o la sensación de ver partir el tren que jamás podré llegar a subir, ya que se mueve a la misma velocidad con la que yo trato de alcanzarlo ....., lo mismo me ocurre con los sueños, aunque existe alguna posibilidad de que ese mismo tren sea mi objeto soñado, por este motivo (por no poder dormir) en más de una ocasión he disfrutado de lecturas sorprendentes, de músicas impactantes, o de programas televisivos que me han dejado supersatisfecho, a altas horas de la noche, es decir, una sobredosis vital de energía cultural que me ha permitido reconciliarme con el sueño, para posteriormente, de manera consciente o no, reencontrarme con esos paisajes que me emocionaron, de los que todavía vivo enamorado, y lugares a los que espero volver. Hoy no quiero hablar de economía, ni siquiera quiero solidarizarme con mis semejantes que pagan hipoteca puntualmente cada mes, no sé si por éste motivo soy afortunado o un pobre desgraciado, pero lo que sí que sé, es que algunos de mis mejores momentos (espacios que me gusta recordar) están ligados a largos viajes, perdidos en el tiempo, donde lo único que importa es precisamente el vivir despreocupado, sin reloj ni calendario, con billete de ida, con una vuelta incierta y a la vez sorprendente; qué curioso, partir, para no tener que saber cuándo quieres volver!.... Así pues, hoy narraré un pequeño fragmento de un viaje, no el más bonito, ni el más largo, ni el más arriesgado, ni el más salvaje ..., hoy recordaré el momento que cambió vida, quizás por esto tenga un trato especial, o lo recuerde con un sabor más dulce, creo que en el ambiente hoy se respira la misma electricidad que me hizo descubrir colores diferentes proyectados sobre una pared. Aquella noche tenía invitados en casa, un amigo de la infancia (profesor de profesión, viajero de vocación, fotógrafo por afición) trajo un resumen de sus peregrinajes veraniegos, documentados por anotaciones, consejos, cartas de amigos encontrados en esos recónditos parajes, e incluso gastronomía relativa al momento, fueron los aspectos que aumentaron el descrubimiento futuro que jamás imaginaría ......., no hace falta decir que aquella reunión fué mágica, tanto que jamás la hemos repetido, por no romper el misticismo del instante perfecto, donde el equilibrio se encontraba con la armonía, en una proporción perfecta, el recuerdo de aquel encuentro no hace más que envejecer (como envejecería un buen vino) devolviendo al paladar un sabor exquisito, no obstante, pese a lo bello del audivisual, tardaría mucho en materializar el viaje...... tendría antes que revolverme por el suelo, doblarme de dolor, mas posteriormente luchar con todas mis fuerzas para recuperarme, algo que con mucho esfuerzo, conseguí. ¿Quién me iba a decir que precisamente en ese estado de incomunicación me encontraría al impulso que me trasladaría al lugar del sueño vivido sobre unas proyecciones en la pared?..... fué entonces cuando encontre la mano amiga, la mano que me acompañaría por lugares sagrados, con la esperanza de que fuese por lo menos durante toda una vida, la mano que me invitó a vivir ese sueño tantas veces imaginado. La cerveza amarga engaña a mi sed, igual que aquella noche, la de esta noche sirve para verme en el brillo de mis propios ojos la alegría por decidir ..... la ilusión por vivir,.....así que una vez decidido el viaje, comprado el billete de avión, partiría sólo con dos objetivos: 1.- encontrar mi amor verdadero, tesoro oculto, perdido en la transcripción de un mapa encriptado, del que muchos desisten, por este motivo no son felices .... 2.- peregrinar por los senderos del altiplano, hasta que la belleza desgarre la mirada hambrienta con la que recorra los valles, las cañadas, las montañas, los volcanes, los desiertos, los salares, y por fin descubra el calor de la mano amiga, viajera, no de un lapso, más bien de una vida.
Así pues, me tocó ventana, en la parte izquierda del avión, practicamente viajamos de noche, pero al aproximarnos a la cordillera andina, en ese momento despertó el sol, reflejado por las nieves de las cumbres, para descender a Santiago, respirar, sentir el latido de mi corazón, esperando encontrar compañera para el resto de mi viaje. Del encuentro rescato para destacar el intenso abrazo, dulce y cálido que duró una eternidad que se me hizo cortísima. Ese día descubrí que la belleza se manifiesta de multiples maneras, aunque casi todas las poseía ella. Quisiera rescatar varios instantes del recorrido elíptico que describimos, para regresar al punto de partida, para volver a jugar en otra parte, para vivir juntos el resto de nuestros caminos, porque lo bonito es caminar junto a alguien que te quiere. El recorrido de Santiago a Calama, lo hicimos en bus, parecía que sería muy largo, pero los besos y las caricias lo acortaron tanto, que apenas recuerdo La Serena, Antofagasta, o Copiapó....., eso sí, el "Pisco Sour", sin entrar en la disputa de si es chileno o peruano...., sin embargo sé su secreto!. El trayecto de Calama a San Pedro lo hicimos en línea regular de autobús, la sorprendente bienvenida que nos brindó la "Dani" quizás aumentó el mito, pero los días recogidos en alojamiento nos llenó de vitalidad, agrandando el amor incipiente, al descubrirle gestos indescriptibles que sólo uno puede percibir; de nuestros paseos por el valle, junto al río, a pie o en bicicleta, o por el valle de la luna, o redescubriendo Pukara Kítor, recuerdo sobretodo la presencia del Licankábur, amistoso y guerrero a la vez, como Caupolican, se elevaba frente a nosotros mostrando su fortaleza, antiguo santuario Inca, se convertiría en nuestro objetivo, aunque antes teníamos que recorrer las lagunas altiplánicas bolivianas, el Salar de Uyuni (con su Isla del Pescado), Géysers, volcanes, y espacios maravillosos, donde parece que el hombre apenas ha estado; tras este recorrido, tras haber realizado la adaptación a la altura, creía que estábamos preparados para asaltar la cumbre de aquel volcán...... con la ayuda de Macario, iniciamos la ascensión de una de las montañas más altas de la zona..... los 5.916 metros de altitud debían mostrar un paisaje exclusivamente creado para muy pocos...., decidimos seguir la ruta Inca, a medida que nos acercábamos a la cima, el viento soplaba con más intensidad, las bajas temperaturas eran soportables gracias al sol, y sobretodo al mate de coca que nos preparó Quintín...., al llegar a la cima descubrimos la laguna al fondo del cráter junto a clapas de nieves perpetuas, algo maravilloso, nos huviese gustado disfrutar durante mucho más tiempo, pero los fuertes vientos, nos obligaron a resguardarnos unos metros más abajo, donde reposamos para tomar aire, alimentos, de esta manera podríamos recuperar el valor y el descaro con el que habíamos retado a la montaña aquel amanecer..... el descenso fué duro, largo, terminaba el día cuando llegamos al campamento base, junto a la laguna azul, tras el control aduanario, volveríamos a entrar a Chile, el deleite de una noche más en San Pedro de Atacama era suficiente recompensa ...... el premio para mí es el recuerdo, grato, lleno de ruido, risas, y cerveza (o un poco de Pisco).

2 comentarios:

habitaclia dijo...

Benvolgut Juanito:
Aquest es un record collonut que tu tens, i que val la pena guardar.
El que te de perillos els records collonuts es quedarse ancorat en ell.
Recorda el que escrivies al principi, cada dia surten trens al costat de casa teva.
Xavier

joan dijo...

ahora recuerdo que hacer siestas de más de 3 horas modifica el sueño!.....