viernes, 22 de abril de 2022

El Dragón triste

Aquel dragón de mirada triste, se encontró una nota q le citaba en un laberinto floral... Para él era extraño... se consideraba un dragón afortunado, vivía al margen de todo, la hembra de sus sueños le había rechazado muchos años atrás.... Pese a sentir pánico social, decidió acudir al encuentro. La nota era clara, le pedía puntualidad y discreción. Ese papelito... ¿era para el dragón?..; un dragón ... ¿discreto?... A las 8 de la mañana descubriría qué querían de él..... Faltaban poco más de 20 minutos, cuando el dragón entró en el laberinto. Los setos verdes constaban de 3 partes a modo de paredes. El verde y amarillo de los euonymus japonicus formaba los muretes pequeños, los juniperus habían sido esculpidos con maestría, y los leylandis, dispuestos a modo de barrera, parecían un muro inexpugnable que atraía a los figurantes hacia el corazón del jardín. Cuando el dragón llegó al centro giró la cabeza a un lado y a otro, en ese mismo instante se oyeron, en la distancia, las campanas de la iglesia. Uno de los caminos estaba marcado con una rosa roja. De repente apareció un caballero medieval ataviado con una armadura reluciente. El bicho se asustó al verse reflejado en la brillante vestimenta de aquel hombre que parecía venir de una cruzada..... acababa de sonar la ultima campanada cuando el caballero clavó su espada en el mismo centro de la plazuela ..... en ese instante el dragón se le acercó. Primero se dedicó a husmear el filo, luego examinó al hombre que se arrodilló frente a la bestia y le susurró al oído el motivo por el cual le había citado allí. Jorge se quería deshacer de la amada, quería que el dragón la matase. En su cabeza se repetía la historia de Teseo, el minotauro y Ariadna..... y del comentario que el héroe le había hecho a su amada:"¿lo creerás Ariadna?, el minotauro apenas se resistió". Jorge siempre había pensado que el morlaco se había cansado de vivir en esa encrucijada de caminos que no llevaba a ninguna parte y culpó a la chica de la muerte del hombre con cara de bovino. Jorge, ganador en mil batallas, quería librarse de la princesa, esta vez sin mancharse las manos y así no tener la conciencia sucia. Convenció al dragón, le dio el libro que contaba la proeza de Teseo y del final de su historia con Ariadna. Las cosas no se tenían que hacer de la misma forma, por eso el cuerpo de la más bella adolescente de la comarca, apareció en un extremo del laberinto, inerte y con una rosa en la mano. El dragón, aparecería como el culpable, decidió marcharse. El caballero se despojó de sus vestimenta..... jamás tendría el valor para volver a empuñar un arma.

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